jueves, 2 de junio de 2011

Los volcanes más peligrosos de la historia

El 14 de abril de 2010 el volcán islandés de Eyjafjalla entró en erupción. Lo que podría haber quedado como unas bonitas y espeluznantes imágenes en los informativos de medio mundo ha terminado por crear uno de los mayores colapsos aéreos (con unas consecuencias económicas aún por cuantificar). La nube de cenizas emitida por el volcán ha provocado el cierre del espacio aéreo europeo pero, antes de que el transporte humano se convirtiera en una preocupación, numerosos volcanes oscurecieron el cielo y provocaron, además de una cantidad ingente de víctimas, consecuencias climáticas increíbles. Del Vesubio al Krakatoa, pasando por el Monte Tambora, aquí se repasan algunas de las erupciones más catastróficas de la historia.


El Monte Vesubio

Fue el 24 de agosto del año 79 antes de Cristo cuando el Vesubio decidió entrar en la historia. Con una erupción de unas 19 horas, se convirtió en el primer hecho de este tipo documentado: El romano Plinio el joven, que estaba por la zona, documentó todo lo ocurrido y se lo envió al historiador Tácito. Además de ayudar, y bastante, a los científicos en el estudio de los volcanes, el Vesubio dejó a su paso una oleada de muerte y conservación. La primera terminó con la vida de unas 3.600 personas que vivían en las ciudades romanas de Pompeya y Herculano. La segunda dejó parada la huella de la historia y ha permitido que la ciudad se conserve en una pausa eterna desde la época romana hasta ahora. Incluso se pueden observar los rostros (y los cuerpos) de muchos de los fallecidos en la erupción.
Aunque desde 1944 se encuentra inactivo, los geólogos ya han advertido de su peligrosidad: cuanto más tiempo pase sin una erupción, mayor será el riesgo de catástrofe. Es, con o sin advertencias, la zona volcánica más densamente poblada del mundo.

Krakatoa, la isla desaparecida

Los avisos no impidieron el cataclismo. En 1883, hacia el mes de mayo, comenzaron una serie de erupciones en un conjunto de islas indonesias que recibían el nombre global de Krakatoa por el volcán que coronaba la zona. Durante tres meses, pequeñas nubes de humo fueron anunciando lo que tendría que llegar en agosto: una explosión de unos 200 megatones que convierte la bomba atómica de Hiroshima en un petardo de feria; la potencia del estallido del Krakatoa fue unas 10.000 veces superior a la catástrofe japonesa.
De repente, una superficie equivalente a Manhattan desapareció por obra y gracia de los maremotos que siguieron a la erupción. Murieron más de 30.000 personas y la explosión se escuchó a más de 5.000 kilómetros de distancia. Los que se encontraban más cerca, si no perecieron en el acto sintieron como sus tímpanos se reventaban por un ruido que la Enciclopedia Británica denominó como "el mayor ruido de la historia".

Tambora o un año sin verano

Cerca del Krakatoa se encuentra el Monte Tambora. En 1815 y sin apenas anunciar lo que iba a ocurrir, el Monte Tambora entró en erupción. Lo que siguió a ese estallido fue una avalancha de datos catastróficos sin precedentes: durante 2 días el sol permaneció tapado por una nube de cenizas que llegó hasta Francia; en total murieron más de 80.000 personas y el año siguiente, 1816, sería conocido como "El año sin verano". La nube de cenizas que con el volcán islandés ha provocado el caos aéreo, en aquel entonces terminó por afectar a las cosechas, sembrando el mundo de una hambruna colectiva y un descenso de las temperaturas palpable en todo el orbe.

Laki, el antecesor del volcán Eyjafjalla

Lo que ha ocurrido en Islandia no es algo relativamente nuevo para los habitantes de esa isla en continua ebullición. En 1783 el volcán Laki comenzó su erupción y provocó, en apenas unos meses, la muerte de más de 30.000 personas. No murieron por la erupción, sino por las nubes de ceniza que con el dióxido de azufre a la cabeza acabaron con la vida de 20.000 personas sólo en Inglaterra. Para rematar la jugada, el invierno posterior fue uno de los más fríos de los últimos 250 años. Según los expertos, la erupción del Volcán Laki está considerada como la segunda de mayor importancia en los últimos 1.000 años.

El futuro y la caldera de Yellowstone

Hace años la BBC lo anunciaba como una ficción que terminaría por convertirse (como las buenas ficciones) en pura realidad. Los científicos lo han advertido: el volcán que yace bajo la conocida como "caldera de Yellowstone" terminará por entrar en erupción y, cuando lo haga, lo de menos será saber cómo ocurrió. El supervolcán que habita en el Parque Nacional de Yellowstone es el culpable de la mayor concentración de géiseres del mundo y el responsable de que el suelo de esa zona sea entre treinta y cuarenta veces más caliente que el de otras zonas de Estados Unidos. La advertencia está clara: La explosión de un supervolcán, según los científicos, es más probable que el choque de un asteroide contra la Tierra. Probable, predicha y alertada: el enemigo duerme, como no, en casa.

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